Remembering the Notorious RBG
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February 17, 2022La difícil situación de un hombre de California y su posterior muerte por mesotelioma jugaron un papel fundamental en la decisión de los legisladores estatales de eliminar una restricción legal poco comprensiva que impedía a las familias de personas con enfermedades terminales recuperar daños y perjuicios por el sufrimiento de su difunto en demandas civiles.
El 1 de octubre, el gobernador Gavin Newsom firmó el proyecto de ley 447 del Senado, una nueva ley que permite a las familias cobrar daños y perjuicios por sufrimiento mental en nombre de sus seres queridos que fallecieron. Anteriormente, California estaba entre los pocos estados que declaraban que si un demandante moría antes de que se llevara a cabo el juicio, el reclamo por daños y perjuicios moría con él.
Un hombre murió antes de que se decidiera la demanda
Alfonso Rocciola era un residente de Novato de 82 años. El hombre afectado por mesotelioma contrajo la enfermedad debido a décadas de exposición al asbesto mientras trabajaba en la construcción en el área de la Bahía de San Francisco. Presentó demandas contra los fabricantes de productos de amianto, con la esperanza de dejar una cantidad significativa de dinero a su familia. Murió a finales del año pasado antes de que eso pudiera suceder.
Es una táctica común de las compañías de seguros prolongar los juicios con la esperanza de que el demandante muera antes de concluir.
Daños humanos
La nueva ley aborda un aspecto crítico de tales casos. Los daños y perjuicios no económicos suelen ser la suma más grande en juego en los juicios. Estas restricciones habían estado vigentes desde la década de 1960, porque los legisladores de California estuvieron durante mucho tiempo influenciados por las compañías de seguros que buscaban pagos limitados.
Sin embargo, el efecto de la ley tiene algunas limitaciones. En un intento por apaciguar a la industria de seguros, la nueva ley expira en cuatro años.
Este cambio estaba muy retrasado. Aunque el dinero no reemplazará a su ser querido, brindará cierto consuelo a las familias que han visto morir a padres, madres, tíos, tías, hijos e hijas a causa de una enfermedad provocada por el hombre que la industria sabía que mataría hace más de un siglo.
