El estereotipo de un paciente con mesotelioma es el de un hombre mayor que ejerció un oficio durante décadas que lo expuso al asbesto. De hecho, muchas mujeres reciben estos diagnósticos que les cambian la vida. La enfermedad no discrimina. Un estudio reciente revela las diferentes dinámicas entre los géneros, sus necesidades específicas y cómo afrontan un futuro incierto y altamente desafiante.
La Universidad de Sheffield analizó cuestiones específicas de género en lo que respecta a lo siguiente:
- Tratamientos y ensayos
- Compensación mediante beneficios y reclamaciones legales
- Preocupaciones específicas a medida que avanzan después de los diagnósticos
Prioridades cambiantes. Reacciones diferentes.
Las mujeres eran más propensas a hacer preparativos para un tiempo después de su muerte, centrándose en los elementos emocionales de sus posibles muertes. Los hombres dirigieron sus esfuerzos a la estabilidad financiera de su familia en un futuro en el que es posible que no estén presentes para sustentarlos, específicamente mediante la presentación de demandas.
Las opciones de tratamiento también revelaron una marcada diferencia entre los géneros. Los hombres adoptaron un enfoque más decisivo al seguir tratamientos y ensayos clínicos agresivos, dando prioridad a las citas continuas y a los últimos medicamentos. Por el contrario, las mujeres tenían una visión más progresista sobre los aspectos personales de sus elecciones y cómo sus decisiones afectarán a sus seres queridos.
Si bien el estudio reveló tendencias entre hombres y mujeres, los hallazgos no son absolutos. Las personas tomarán decisiones personales, independientemente de su género. Un diagnóstico de mesotelioma es un momento cargado de emociones que requiere estrategias personalizadas tanto para el tratamiento como para la gran posibilidad de que la enfermedad sea fatal.
La exposición al asbesto continúa cambiando y acabando con vidas, principalmente debido a la actual y desconcertante decisión de continuar con las importaciones de asbesto en los Estados Unidos. Responsabilizar a los fabricantes y otras partes por su negligencia puede ser una opción para garantizar una forma de justicia para los pacientes con mesotelioma y sus familiares.