Decir que 2019 no fue amable con Johnson & Johnson sería quedarse corto, incluso si sus problemas fueron en gran medida autoinfligidos. La empresa se defendió de innumerables demandas por su famoso talco para bebés y otros productos a base de talco que llevan su marca.
Aunque el talco y el asbesto son dos minerales diferentes, la contaminación se produce debido a la proximidad de ambos en las minas, lo que aumenta la probabilidad de que las fibras sueltas se mezclen con el polvo. Los usuarios pueden inhalar fácilmente el polvo sin saber que están ingiriendo fibras de amianto.
Mensajes contundentes de seis cifras
Las acciones legales involucraron a consumidores que acusaron a J&J de vender talco que contenía asbesto. La exposición puede provocar mesotelioma y otras formas de cáncer. Las víctimas sujetas a exposición van desde bebés hasta adultos.
La primera demanda fue costosa, presentada por un cliente que afirmaba que los productos de Johnson & Johnson. Un jurado de California falló a favor del demandante y ordenó a Johnson & Johnson pagar 29,4 millones de dólares. Si bien eso representa una suma saludable, fue tan minúscula como las fibras que causaron un daño significativo y potencialmente fatal.
Dos meses después, un jurado regresó con un veredicto que tuvo un impacto diez veces mayor. El caso fue similar, pero el veredicto fue de seis cifras. Se ordenó a J&J pagar veinticinco millones en concepto de daños compensatorios y 300 millones de dólares en concepto de daños punitivos.
Las siguientes tres demandas resultaron en veredictos que oscilaron entre $12 millones y $185 millones. Uno de ellos involucraba un perfume de Colgate llamado Cashmere Bouquet.
Estos veredictos, particularmente aquellos que impusieron daños punitivos, intentan enviar mensajes contundentes a las empresas que continúan traficando con este carcinógeno mortal. Sus opciones son claras. Prácticas comerciales éticas o carteles de Fuera del Negocio en sus puertas.