Históricamente, el asbesto se ha utilizado en una variedad de productos de consumo, residenciales e industriales, a menudo debido a la resistencia al calor del mineral. Como hemos comentado en estos posts, las fibras de asbesto contenidas en materiales sólidos siempre son peligrosas porque las fibras microscópicas se liberan al aire cuando el material se manipula, se rompe, se corta, se tritura o se desintegra.
Mantas ignífugas de amianto
Uno de esos productos es la manta ignífuga de amianto. Se tejió amianto en los textiles para hacerlos resistentes al calor y al fuego. Podrían cubrir el cuerpo; estar envuelto alrededor de un objeto como una tubería, un horno o un motor caliente; o colgado como una barrera tipo cortina o pantalla. Las mantas ignífugas de amianto tienen una variedad de usos:
- Para proteger a las personas como barreras contra incendios, chispas y calor en sus trabajos, como en soldadura, entornos industriales, laboratorios, extinción de incendios, militares y otros.
- Apagar pequeños incendios sofocando las llamas.
- Para tener a mano, generalmente en una caja montada en la pared, en una variedad de instalaciones residenciales, educativas, gubernamentales, comerciales, militares e industriales para uso en emergencias por incendio.
Las mantas ignífugas de asbesto se fabricaron y utilizaron en gran medida en el siglo XX , pero las alternativas modernas al asbesto en mantas resistentes al calor como sílice o fibra de vidrio son más seguras. Las mantas aislantes térmicas modernas también pueden tener productos químicos resistentes al calor rociados en lugar de tejidos en la tela. Sin embargo, una simple búsqueda en Internet muestra que todavía se fabrican y utilizan ampliamente en todo el mundo mantas ignífugas que contienen amianto.
Las mantas ignífugas siempre son peligrosas
El peligro de las mantas de amianto siempre está presente, porque es una tela de amianto y, por lo tanto, con solo manipularla se liberan algunas fibras de amianto. La liberación es peor cuando la tela se quema, corta o rasga, o comienza a desintegrarse debido al desgaste o la edad. Cuando se inhalan las fibras invisibles de amianto, la víctima corre el riesgo de contraer enfermedades como asbestosis, mesotelioma, cáncer de pulmón y otros cánceres, que no se manifiestan durante décadas después de la exposición al amianto.
Desafortunadamente, muchos lugares de trabajo industriales y militares no garantizaron que estas mantas se manipularan de manera segura y, como resultado, hoy en día los trabajadores pueden estar viendo cómo se desarrollan enfermedades relacionadas con el asbesto.
El traslado de una manta ignífuga dañada o deteriorada que podría contener asbesto debe ser realizado por un profesional autorizado y la eliminación de dichas mantas debe cumplir con las leyes sobre desechos peligrosos.