Todas las formas de amianto causan cáncer cuando se inhalan. Investigaciones que se remontan a un siglo atrás han vinculado de manera irrefutable el amianto con el mesotelioma y otras enfermedades. A pesar de la gran cantidad de conocimientos sobre por qué las fibras de amianto son peligrosas y cómo las fibras de amianto causan cáncer, continúan las investigaciones de vanguardia sobre el tema.
Dos estudios recientes han arrojado luz sobre las razones subyacentes por las que el asbesto, cuando se inhala, causa cáncer. Esta nueva investigación es importante para ayudar a todos a comprender por qué es tan necesario evitar la exposición al asbesto y porque una mayor comprensión de los peligros del asbesto puede ayudar a señalar el camino hacia un mejor tratamiento.
Las fibras causan inflamación
Un estudio publicado recientemente en la revista médica Oncogene arroja luz sobre cómo la inhalación de polvo de amianto puede provocar mesotelioma. Según los investigadores, las fibras de amianto causan inflamación después de alojarse en el mesotelio, el tejido que recubre los pulmones. El sistema inmunológico del cuerpo es incapaz de desalojar y eliminar estas fibras, lo que conduce a una inflamación crónica del tejido. Esta inflamación altera el sistema inmunológico del cuerpo, inhibiendo su capacidad para combatir el crecimiento de tumores.
La Fundación Nacional Suiza para la Ciencia financió la investigación. Si bien la investigación aún es temprana, una mejor comprensión de cómo se desarrolla el mesotelioma podría ayudar al tratamiento. Por ejemplo, podría ayudar mejor a los médicos a combatir el crecimiento de células cancerosas mejorando el sistema inmunológico del cuerpo, lo que se conoce como inmunoterapia.
Los exosomas pueden propagar el cáncer
En otro estudio importante, investigadores de la Universidad de Vermont examinaron cómo se puede propagar el mesotelioma maligno. Los autores del estudio rastrearon los "exosomas", que pueden ser excretados por las células, y cómo pueden causar efectos de alteración genética en las células de otra parte del cuerpo.
En el estudio, los investigadores utilizaron dos grupos de células, uno de los cuales expuso al amianto. Las células expuestas al amianto cambiaron, por ejemplo creando determinadas proteínas. Luego, en un laboratorio, los investigadores expusieron los exosomas del grupo de células contaminadas a células humanas. Posteriormente, las células humanas se alteraron.
La conclusión más importante de este estudio es que esta investigación podría conducir a un "biomarcador" para el mesotelioma y el riesgo de enfermedades relacionadas con el asbesto. Si los científicos pueden realizar un análisis de sangre para comprobar los cambios en las proteínas demostrados por este estudio, entonces los médicos podrían identificar el riesgo de mesotelioma y potencialmente comenzar el tratamiento antes, mejorando los resultados de los pacientes.
Aún queda un largo camino por recorrer
Como ocurre con todas las investigaciones sobre el cáncer, comprender plenamente el mesotelioma y las enfermedades relacionadas con el amianto es complicado. Afortunadamente, la investigación y los ensayos clínicos continúan a un ritmo vertiginoso y se siguen logrando avances reales en la comprensión y el tratamiento del mesotelioma. Sigue siendo urgente, ya que cada año se producen 3.000 nuevos diagnósticos de mesotelioma.