Pocos trabajos tienen más peligros inherentes que la extinción de incendios. Profesionales dedicados ponen en juego su bienestar, si no sus propias vidas. Estos valientes profesionales entienden que la posibilidad de sufrir lesiones graves o la muerte es una gran posibilidad.
La formación requerida también forma parte del trabajo. Inicialmente, los bomberos deben realizar aproximadamente 550 horas, sin contar las horas necesarias para mantener la certificación.
Sin embargo, cuando llega la jubilación, la posibilidad de sufrir problemas de salud tras una larga carrera se hace realidad. Si bien no son tan publicitadas como otras profesiones, muchos bomberos enfrentan una dura realidad después de dejar sus trabajos.
Diagnóstico de mesotelioma.
Mesotelioma y otras enfermedades mortales que matan a los bomberos
En comparación con el público en general, los bomberos tienen el doble de probabilidades de sufrir mesotelioma maligno. El cáncer en general es la principal causa de muerte en esa profesión. Firefighter Cancer Support Network reveló que dos tercios de los bomberos de carrera han muerto a causa de la enfermedad. Además, tienen un nueve por ciento más de riesgo de diagnóstico de cáncer y una tasa de mortalidad un 14 por ciento más alta.
Numerosos edificios construidos hace décadas contienen amianto. Cuando esas estructuras se incendian y salen volando, también lo hacen las sustancias tóxicas que contienen, lo que pone a estos trabajadores de primera línea en peligro de contraer enfermedades cuyos diagnósticos formales se miden décadas después de la exposición.
Cuando se conoce la presencia de amianto en un edificio en llamas, los bomberos utilizan sus respiradores. Su equipo es descontaminado tras el incendio. Luego, cada miembro se somete a radiografías de tórax, aunque sólo sea como punto de referencia para comparar en caso de que surjan problemas médicos en el futuro.
Los bomberos veteranos recuerdan una época, hace más de 20 años, cuando los incendios ardían de color naranja, parecidos a las fogatas comunes y corrientes. Hoy en día, ven incendios de colores azules, verdes y de otros colores debido al asbesto y otras sustancias químicas con las que estos trabajadores de primera línea entran en contacto a diario.
Se puede sobrevivir a los incendios. Hasta la fecha, el mesotelioma no lo es.