La exposición al asbesto puede provocar cáncer y otras enfermedades pulmonares graves. Sin embargo, a pesar de los altos riesgos del asbesto, muchos trabajadores todavía lo manipulan para realizar sus tareas laborales en Estados Unidos. Las propiedades químicas y de resistencia al calor del asbesto lo hacen útil para diferentes industrias. Sin embargo, la consecuencia para los trabajadores que están expuestos al asbesto es la misma: el riesgo de desarrollar una enfermedad que les cambiará la vida.
Ocupaciones de alto riesgo
El asbesto es una fibra mineral que resiste el calor, los productos químicos y el fuego. Por esta razón, el asbesto es útil para aplicaciones comerciales e industriales . Los trabajadores que corren mayor riesgo de contraer una enfermedad relacionada con el asbesto son:
- Trabajadores de la construcción
- Trabajadores de demolición
- Trabajadores marítimos y de astilleros
- Bomberos
- Mineros
- Trabajadores de refinería
- Filtros para tubería
- Caldereros
- Veteranos de la marina
- Paneles de yeso
- Mecánica de automóviles
- Trabajadores de centrales eléctricas
Los familiares de estos trabajadores también pueden desarrollar cáncer cuando los trabajadores se llevan amianto a casa en su ropa.
Compensación legítima
Los síntomas de cáncer y enfermedades pulmonares crónicas pueden aparecer años después de la exposición al asbesto . Los trabajadores inhalan o ingieren los minerales sin siquiera darse cuenta. Años después descubren que la causa de su enfermedad era la proximidad a estos minerales. Todos los trabajadores merecen pedir una compensación a sus empleadores si desarrollan una enfermedad profesional después de trabajar con amianto.
El derecho de un trabajador
Por lo general, los trabajadores pueden obtener una compensación por sus enfermedades relacionadas con el asbesto aunque la exposición a estos minerales haya ocurrido hace mucho tiempo. Al recibir una compensación, los trabajadores enfermos no necesitan pagar el costoso tratamiento médico que requiere el cáncer o la enfermedad pulmonar crónica. Los trabajadores merecen ejercer sus derechos y recibir la compensación que les corresponde por su sufrimiento y el de sus familias.