A diferencia de otras enfermedades, el mesotelioma tiene un largo período de incubación y los síntomas son fáciles de descartar, especialmente a medida que envejece. Dado que puede pasar mucho tiempo entre la exposición al asbesto y el diagnóstico de mesotelioma, puede resultar complicado saber qué exposición causó el mesotelioma.
El mesotelioma suele ser un diagnóstico terminal. Los tratamientos han progresado significativamente en las últimas décadas, pero no existe cura para esta forma mortal de cáncer. Aún así, la detección temprana puede ayudar a prolongar su vida o la de su ser querido.
Estos son algunos de los síntomas que pueden ser signos de mesotelioma.
Estar atento a las primeras señales
La exposición al asbesto tiende a ser más problemática cuando se expone a partículas inhalables. Cuando las partículas de amianto llegan a los pulmones, el cuerpo tiene dificultades para deshacerse de las fibras. Después de una exposición repetida o prolongada, las fibras de amianto pueden provocar cambios en las células circundantes y provocar mesotelioma.
Dado que un diagnóstico temprano puede conducir a una mejor tasa de supervivencia , es fundamental conocer los primeros signos de mesotelioma para poder seguir adelante con el tratamiento. Los primeros síntomas incluyen:
- Fiebre
- Dolor en el pecho
- Tos
- Dificultad para respirar
Por lo general, las personas atribuyen estos y otros síntomas del mesotelioma a otras enfermedades menos graves, como resfriados o alergias.
Consultar a un profesional médico
El apoyo médico es fundamental para tratar y vivir con mesotelioma. En muchos casos, los médicos comenzarán con un examen físico y pruebas de seguimiento, como radiografías, tomografías por emisión de positrones y resonancias magnéticas, para confirmar aún más su diagnóstico.
Aunque el mesotelioma puede ser un diagnóstico difícil, descubrirlo temprano puede ayudarlo a usted y a su equipo médico a maximizar sus opciones de tratamiento.