Este verano, la mayoría estará de acuerdo en que esta fue una temporada diferente a cualquier otra. La única tradición predecible eran los eventos “climáticos” que iban desde severas tormentas eléctricas en el Medio Oeste hasta huracanes catastróficos en el Sur.
Innumerables casas en todo el país sufrieron daños severos que requirieron esfuerzos masivos para limpiar los escombros. Muchas viviendas fueron destruidas hasta el punto en que estructuras enteras se volvieron inseguras para que nadie las ocupara.
Mantenerse a salvo después de la tormenta
Si bien los dueños de casas y negocios se sienten a salvo de la tormenta después, los peligros acechan ya sea que estén limpiando o demoliendo. En muchas residencias y edificios comerciales, existen peligros ocultos en forma de asbesto.
Varios tipos de materiales de construcción contienen asbesto. Si bien muchos asumen que solo existe en el aislamiento, el material también se puede encontrar en cinta para juntas, baldosas, revestimientos y tejas para techos. A pesar de su vínculo con varios tipos de cáncer, su uso en edificios de nueva construcción continúa.
Cuando el asbesto se mueve o se altera, las fibras pequeñas pueden llegar a los pulmones de quienes están en contacto cercano y no se dan cuenta de que lo inhalan. En muchos casos de exposición, los síntomas no son evidentes durante varias décadas. Trágicamente, el descubrimiento solo ocurre con el diagnóstico de una enfermedad mortal por parte de un médico.
Estrategias para Minimizar la Exposición al Asbesto
Para aquellos involucrados en los esfuerzos de limpieza, la precaución es fundamental. Los pasos proactivos pueden ayudar a minimizar la exposición e incluyen:
- Comunicarse con vertederos y estaciones de transferencia para obtener orientación sobre los requisitos de eliminación.
- Notificar al Departamento de Recursos Nacionales (DNR), un paso obligatorio antes de que comiencen los esfuerzos de limpieza y para garantizar el cumplimiento de los requisitos federales
- Centrarse en los materiales de construcción que deben eliminarse y minimizar las roturas para evitar la liberación de polvo y fibras.
- Uso de agua para humedecer materiales que pueden reducir el polvo mortal
- Evite quemar productos de construcción que se sospeche que contengan amianto
Minimizar los riesgos dentro de pautas estrictas puede contribuir en gran medida a evitar la exposición a fibras mortales y prevenir una enfermedad potencialmente mortal que cambia la vida.