Naturalmente, nos gusta buscar una causa y un efecto cuando lidiamos con la mayoría de las cosas de nuestra vida. Si tocamos una sartén caliente, sentimos dolor y podemos ver una mancha roja en la piel donde nos quemamos con la sartén. Enfermedades como el cáncer pueden ser un problema, porque algunos cánceres tienen largos períodos de incubación, desconectando la causa del efecto.
El mesotelioma es un cáncer mortal que opera de esta manera inquietante. Una persona puede haber estado expuesta a fibras de amianto años antes, trabajando en un astillero, con materiales eléctricos o manipulando sistemas de fontanería o calefacción. Pueden parecer sanos durante muchos años, pero luego empiezan a notar tos o tal vez les falta el aire. Es posible que lo ignoren, pensando que es un resfriado o que no están en tan buena forma física como antes.
Finalmente, visitan a un médico y, después de las pruebas, descubren que tienen mesotelioma y es posible que solo les queden meses de vida. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York publicaron los resultados de un estudio en el New England Journal of Medicine que puede dar más esperanzas a las víctimas de mesotelioma.
La investigación es prometedora en cuanto a una posible prueba de detección temprana del mesotelioma. El descubrimiento de una proteína producto de un gen que, según el investigador principal, “está presente en niveles de cuatro a cinco veces superiores en el plasma de pacientes con mesotelioma en comparación con los niveles en pacientes expuestos al amianto o en pacientes con varias otras afecciones que causan Tumores en el pecho”.
Los investigadores trabajarán para desarrollar una prueba de diagnóstico basada en esta proteína.
Fuente: NYU Langone Medical Center, “Altos niveles de proteína a base de sangre específica para el mesotelioma”, 10 de octubre de 2012