Durante siglos, numerosas industrias han confiado en las propiedades naturalmente resistentes al calor y al fuego del amianto. A medida que se conocieron las propiedades cancerígenas asociadas con la ingestión o inhalación de fibras de amianto, tanto los consumidores como los fabricantes decidieron abandonar el uso del material. Muchas organizaciones optaron por crear vertederos para la eliminación de amianto. Desafortunadamente, como los vertederos simplemente fueron arados con tierra fresca, la posibilidad de exposición continuó.
Los funcionarios esperaban que la interacción química positiva-negativa entre las fibras de asbesto y el suelo circundante atrapara los materiales, evitando cualquier exposición adicional. Desafortunadamente, la materia orgánica disuelta (DOM) puede potencialmente alterar ese equilibrio y permitir que las fibras se deslicen a través del suelo y entren al sistema de agua subterránea. Un estudio encontró que varios tipos de DOM, a saber, el ácido fúlvico, el ácido húmico y la materia orgánica natural, mejoraban la movilidad del asbesto a través del suelo según lo conducía el agua subterránea simulada.
¿La EPA analiza la contaminación del agua subterránea?
Desafortunadamente, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) actualmente no analiza el agua subterránea cerca de los sitios de vertido y eliminación de asbesto. Si bien siguen comprometidos a garantizar que los protocolos de limpieza y seguridad comunitaria se guíen por datos en evolución, no hay planes actuales para revisar sus métodos y mejorar sus pautas de prueba.
¿Puede el agua subterránea contaminada provocar una exposición mortal?
En su estado intacto, el amianto es generalmente un material seguro. Es cuando el producto se deteriora con el tiempo o es aplastado por daños que se liberan las fibras. Cuando una persona ingiere o inhala las diminutas fibras de amianto, puede provocar daños en los tejidos, asbestosis, mesotelioma o cáncer de pulmón. Ya sea por beber agua contaminada o por inhalar el vapor que surge del líquido hirviendo, las personas corren el riesgo de desarrollar estas condiciones catastróficas.